La Compactación Dinámica es una técnica cuyo fin es el de mejorar las propiedades mecánicas del suelo densificándolo e incrementando su capacidad portante. Dicha densificación se produce mediante la caída libre de una masa al suelo y que gracias a la creación de ondas de compresión y de corte de muy alta energía, logran densificar el suelo en una zona limitada de influencia. La densificación de los suelos se consigue mediante impactos llevados a cabo con pesos de 8 a 200 toneladas que se dejan caer desde 15 a 40 metros.
Este procedimiento puede emplearse en suelos granulares y cohesivos, requiriéndose para su uso en suelos poco permeables saturados de agua varias fases de compactación. Se adapta muy bien al tratamiento de suelos de composición variable o rellenos heterogéneos inertes con contenido importante de bloques, fuente de falso rechazo en otras soluciones de refuerzo de suelos (por ejemplo: inclusiones o columnas de grava).
Profundidades máximas de tratamiento: 10-12 m.